Ella recorre cada esquina de la ciudad en busca de su verdad. Lo poco de esperanza que aun le queda esta muriendo. Esta enferma de soledad y tristeza. Sin cura alguna ella camina lentamente, sin rumbo ni destino. Ella recuerda haber reido hace mucho tiempo, recuerda haber sido, recuerda...
Rodeada de gente pero sola en su interior, partida en dos. Se refugia, se aisla en lo unico que conoce o cree conocer, lo unico en lo que cree. Lo unico que ha llegado a amar. En alma y cuerpo, ella se entrega, a su esperanza eterna.
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Vivire eternamente entre la hiedra provista de mi vieja guitarra bermeja
1 comment:
Muchas veces pasa eso, la soledad es demasiado grande para sobrellevarla y al final solo nos queda para recordar con agonía que en otros tiempos fuimos felices.
Me gusta, te soy me enhorabuena te ha quedado y historia genial y verdadera.
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