30 May 2009

El garaje

Cuanto lo extraño. Estar encerrados en una habitación tan pequeña que podíamos oír nuestra respiración. Los golpes de la batería nos dejaban sin aliento pero las risas nunca paraban. Extraño la cercanía, la música, las notas, los extraño. Me hace falta gritar nuestros sueños a la nada y solo hasta las seis. Me hace falta comer un Brownie con helado y discutir sobre cualquier cosa sin importancia. Aun no logro sacar de mente todos los viernes de practica y cerveza, de un cacho de alcohol y porque no a veces dolores de cabeza, no creo poder superar la época dorada del garaje, porque nunca habrá nada como estar con esos seres a los que amas creando algo tan puro y verdadero.
Mi sangre aun vibra, aun grita al escuchar las canciones del ayer e imagenes golpean mi cerebro con el rostro de cada uno de ustedes.
Eramos tontos al no entender la leyenda de la gitana y la luna, al no entender que las lágrimas nos hacían mal, al oprimir esa parte muerta y viva al mismo tiempo. Ignorabamos el poder del himno que recorría el cuerpo de pies a cabeza.
Extraño el garaje, el lugar sagrado de antaño, extraño lo que alguna vez creamos. Los extraño.