23 January 2009


.....y al fin cuando la pequeña criatura acepto su suerte y volvio a casa, los gigantes habian desaparecido. Habian crecido tanto que el viento los arrastro lejos, muy lejos. La ciudad estaba vacia, ya no se podian oir las risas, el manto se habia perdido.
La pequeña criatura cayo al suelo, de rodillas, mientras un diminuta lagrima se deslizaba sobre su blanca piel. Todo el tiempo se habia perdido. Todo cayo a la nada.
Aun mira al cielo en busca de sus gigantes, apretando en su pequeño puño ese pequeo regalo que trajo de regreso, busca en el firmamento una señal que le indique el camino hacia la ciudad de los gigantes.

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